La patología bucal es un área de estudio odontológico que se encarga del análisis de las enfermedades orales, examinando sus causas, desarrollo, signos y síntomas. Recorre transversalmente todas las especialidades relacionadas con las patologías de tejidos y órganos bucales y maxilofaciales. Su campo de acción comprende la detección y tratamiento de lesiones crónicas, generalmente asintomáticas, y anomalías localizadas en tejidos blandos, glándulas salivales, elementos óseos y piezas dentarias. Se vale de recursos clínicos, bioquímicos y radiográficos en su fase de diagnóstico e indagación.
¿Qué odontólogos la practican?
Los patólogos bucales son los profesionales que han cursado estudios específicos y recibido el entrenamiento adecuado para desarrollar esta práctica médica. Su formación académica es muy completa debido a la necesidad de conocer en profundidad las diferentes ramas odontológicas y desarrollar su labor interdisciplinariamente. Han sido capacitados para el diagnóstico de padecimientos de la boca y maxilares, tanto a través de la exploración clínica como por medio de técnicas microscópicas. Los patólogos y médicos bucales forman parte frecuentemente de un equipo integrado por cirujanos, periodoncistas, dermatólogos y oncólogos, entre otros.
¿En qué casos interviene la práctica de la especialidad?
La patología bucal interviene en el diagnóstico y tratamiento de numerosas condiciones que afectan la salud oral. Las enfermedades de la mucosa, de los huesos maxilares y aquellas complicaciones derivadas de la necrosis de la pulpa dental conforman el núcleo de dedicación básico de esta ciencia. Diversas alteraciones de los tejidos blandos como pigmentación producida por diferentes causas, queilitis y papilitis son tratadas por esta disciplina. Anomalías tales como nódulos, quistes y escoriaciones constituyen igualmente motivo de visita a un patólogo bucal. Las lesiones de la mucosa oral pueden presentarse como infecciones virales y micóticas, por citar algunas, llegando en algunos casos a originar cáncer. Un especialista se encuentra en condiciones de detectar evidencias precancerosas y actuar de manera preventiva, evitando serias consecuencias.
Existen asimismo gran cantidad de afecciones sistémicas que repercuten en la boca y pueden recibir los tratamientos de un patólogo bucal. Además, el aumento de volumen en maxilares que se mantiene en el tiempo y molestias tales como úlceras recurrentes que demoran en sanar son síntomas que indican la necesidad de una consulta a este profesional. La afección más común de la mucosa bucal atendida por la patología oral es el llamado fibroma traumático. Aparece por lo general en la lengua, se manifiesta directamente asociado a un trauma y es de consistencia firme y crecimiento lento. Se diagnostica por medio de una biopsia y responde exitosamente al tratamiento. La autoevaluación de la cavidad bucal es una acción necesaria de ser practicada periódicamente. Un cambio de coloración llamativo de las mucosas de rosado a rojo, blanco o negro es una señal de alarma que no debe pasarse por alto.
Por su parte, las lesiones que permanecen varias semanas constituyen igualmente motivos para acudir al odontólogo, quien podrá referir al paciente al patólogo bucal si el caso lo requiere. La consulta a un profesional calificado es siempre la mejor decisión destinada a preservar la salud de nuestra boca y el bienestar general del organismo.