Estas afecciones abarcan una serie de condiciones que dañan a cualquiera de los elementos del periodonto, el cual está constituido por los tejidos, ligamentos y huesos que soportan la dentadura y la rodean.
Dentro de la Odontología, la especialidad que se dedica al estudio del periodonto es la Periodoncia, aunque actualmente es más usual el nombre de Periodontología.
Entre las enfermedades que afectan el periodonto, las más corrientes son la Gingivitis y la Periodontitis.
Qué es la Gingivitis
Es el proceso inflamatorio de las encías (gingiva), ocasionado en la mayoría de los casos por una continua y excesiva presencia de placa bacteriana sobre las mismas. Esta concentración bacteriana daña progresivamente los tejidos conectivos de las encías. De no tomarse medidas para tratarla, la inflamación puede extenderse hacia la profundidad del periodonto, llegando a perjudicar el ligamento periodontal, la inserción epitelial e incluso el hueso alveolar.
Los signos principales de la gingivitis son: hinchazón, enrojecimiento y sangrado de las encías. Una vez que la enfermedad se establece, puede mantenerse durante días, meses y hasta años. La gingivitis no se cura de manera espontánea, pero afortunadamente si se practican hábitos correctos de higiene bucal, puede revertirse. Al desaparecer los síntomas y sucederse la curación, las condiciones normales y funcionales pueden restablecerse completamente sin dejar ninguna secuela.
Qué es la Periodontitis
Esta enfermedad es la forma más grave y destructiva de la gingivitis, es decir que todas las periodontitis se originan en una gingivitis que no fue tratada a tiempo. La periodontitis constituye la causa principal de pérdida dental en adultos mayores de 35 años.
Se produce acumulación de sarro y placa bacteriana en la base de los dientes, lo cual origina una inflamación. La placa y el sarro son atrapados en bolsas que se forman entre la encía y la dentadura.
El proceso inflamatorio alcanza tal nivel que se extiende desde las encías hacia los ligamentos y hasta el hueso que sirve de sostén a los dientes. Luego se produce la destrucción ósea y los dientes se aflojan al perder su inserción en el hueso. El estadio final de esta enfermedad es la caída de las piezas dentarias afectadas.
Su tratamiento consiste especialmente en controlar los factores de riesgo. En los casos que presentan mayor severidad es necesario recurrir a una cirugía periodontal.
Qué síntomas presenta
- Encías inflamadas
- Encías sangrantes. Al efectuarse el cepillado de dientes, aun con suavidad, estas sangran fácilmente
- Encías sensibles al tacto
- Encías de aspecto brillante y coloración rojo – púrpura
- Mal aliento
- Dientes flojos
Cuáles son los Factores de riesgo
Los agentes de riesgo más habituales son la predisposición genética, los microorganismos patógenos, un medio propicio y ciertos hábitos como el tabaquismo.
Elementos que predisponen al riesgo:
- Higiene oral insuficiente o ausente.
- Tabaquismo crónico.
- Alimentación deficiente con alto consumo de carbohidratos y glúcidos.
- Falta de controles odontológicos periódicos.
- Stress.
Cómo puedes prevenirlas
Recuerda que si previenes la gingivitis, reduces el riesgo de desarrollar periodontitis.
Para evitar estas afecciones periodontales es importante que mantengas una higiene oral correcta, incorporando a tu rutina diaria los hábitos de cepillado minucioso y el uso de hilo dental. Asimismo te sugerimos que concurras a citas regulares con tu odontólogo para que te realice limpiezas dentales de modo profesional.